Escucho el eco de lo que tal vez pudo ser;
ya no tengo nada que perder, y me duele;
pero me aferro a ti, a la idea, a la necesidad.
ya no tengo nada que perder, y me duele;
pero me aferro a ti, a la idea, a la necesidad.
El silencio de la imagen, El silencio de la imagen
Publicado por admin en 9:57
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